Cogimos varios trenes y por último el tren cremallera que nos dejaba a las puertas del hotel. Descargamos y nos pusimos en marcha hacia el funicular para recorrer Hakone, una zona que forma parte del Fuji-Hakone-Izu National Park. El tren que nos llevaba hasta la estación del teleférico recorria varias montañas, todas verdes y frondosas. Cogimos el funicular y en unos minutos ya alcanzábamos a ver los géiseres emanando vapor de las montañas y el color amarillento del azufre. Y enseguida nada más bajar ese olor fuerte y químico....curioso! no había visto nunca nada igual, y es que esta zona tiene actividad volcánica.
Pero más curioso es el hecho de que el sitio es famoso por los black eggs. Realmente son huevos duros pero con la cáscara negra, y no es que sean las gallinas japonesas en esto diferentes, sino que para conseguirlos los introducen en unas piscinitas con agua sulfurosa hirviente que proviene de los geiseres. Mirad en la foto el hombre como los introduce. Luego realmente lo pelas y es un huevo duro normal. La verdad que es llamativo pero no deja de sorprenderme la cantidad de japoneses que vienen a este lugar, yo creo que más por los huevos que por lo alucinante de esas chimeneas de vapor que emanan de la montaña, pues se los toman con devoción. No veáis la ilusión que tenía Taka con los black eggs! Y otra cosa que flipo es lo que les cuesta quitar la cáscara. Me fije en un par y lo hacen con sumo cuidado y lentitud, y Taka ni os cuento! Me ponía nerviosa y le dije que me dejara a mí, y él no daba crédito a mi "gran habilidad" (que por supuesto no es tal, pero a su lado soy un hacha) al quitar la cáscara sin deshacerla en mil añicos y en un tiempo record. Por supuesto los huevos se pelan en una zona, donde está haciéndolo el niño de la foto, y esa está llena de cáscaras, pero los alrededores, nada de nada. Ya sabéis esto solo pasa en Japón ;-).
Este es el espantoso barco al que tuvimos que subir para recorrer el inmenso lago, aunque a mi sobri Julián le hubiera encantado. A estos japoneses a veces les gusta la fastuosidad hasta llegar a la cursilería. (en opinión de quien reporta, claro!)
Estaba lleno de gente, familias con niños, pero todos japoneses. Este lugar está a unos 100 km de Tokyo, relativamente cerca, y por tanto la gente se desplaza los weekends huyendo de la gran metrópoli para disfrutar de la intensa naturaleza de esta zona.
Intentamos aguantar en la cubierta, pero incluso con el forro polar hacía frío, pues el cielo estaba todo encapotado y hacía bastante aire. Así que yo me bajaba de vez en cuando a la planta de abajo donde habían asientos en una jaula acristalada para entrar en calor y luego volver a subir y seguir fotografiando los alrededores. Esta zona también es famosa por las vistas del monte Fuji, pero desde luego hoy nada de vistas pues no estaba nada despejado. Menos mal que yo ya había cubierto mi mirada al Fuji en mi jornada en Kawawuchi que si no menudo despago!.
Pero la climatología siempre nos sorprende y cuando menos lo esperábamos, tras un cielo encapotado, salió el sol poco antes de que el barco nos dejara en tierra. Y entonces el paisaje cambió y de precioso pasó a increíble ¿Acaso no os lo parece este colorido, con los diferentes tonos de verde y el contraste con el intenso azul del agua?. Impresionante, me quedo eclipsada apoyada en la barandilla!! Sin duda la mejor visión....Espero que la disfrutéis viajer@s!!
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