la llamada de asia
no solo
Hace tiempo que me apetecía visitar Kyoto. Desde que leí aquel reportaje y vi esas fotos de los jardines zen y su bosque de bambú, esa esencia del Japón antiguo...me dije que iría algún día. Y aquí estoy!. El tren de Nara a Kyoto no era Shinkansen, se me hizo largo e incómodo el viaje, pues estaba bastante lleno y al principio no tenía asiento. Un hombre me orientó con las paradas, pero no hablaba inglés y no pudimos conversar.
Una vez en Kyoto caminé hacia Hana Guesthouse, acerté una vez más. Un sitio muy acogedor. Aunque no tenía Japanese style dorm, la habitación era cuca, unas literas amplias y supercómodas, y con cortinitas alrededor de cada cama para que aunque dormitorio compartido cada uno tuviera un mínimo de intimidad. Una chica de Taiwán y una japonesa también dormían allí. La taiwanesa era muy maja, enseguida nos pusimos a charrar, por supuesto adora España y tiene muchas ganas de ir, yo la invito. La japonesa también muy maja aunque no habla ni papa de inglés. Para cenar me recomiendan un sitio típico y me tomo una sopa de noodles con carne buenísima. El sitio es pequeño pero muy auténtico, está lleno de locales. Me gusta!
Arashimaya
A la mañana siguiente me organizo el plan del día con ayuda de la chica de recepción, que es muy maja. Me voy directa a Arashimaya area, al oeste de Kyoto donde hay varios templos en la misma zona. Cojo tren para llegar. Empiezo con Tenryuji Temple. Cuesta llegar a la entrada pues es una zona amplia con muchas calles y no hay apenás indicaciones, bueno, las hay pero en japonés. Es Patrimonio de la UNESCO. No entiendo mucho como funciona esto, tengo que informarme, pero estoy segura que cuesta dinero y por eso los japoneses no han tenido problema en conseguir todos los reconocimientos de este tipo que han podido para reconocer su patrimonio y promover el turismo. Podéis alucinar con la extensa lista echando un vistazo a:
http://www.wa-pedia.com/japan-guide/japan_unesco_world_heritage_sites.shtml
He visto otras maravillas en otros sitios que no eran Patrimonio de la UNESCO, pero claro en países pobres! Es mi opinión, por supuesto, así que tomadla como tal ;-)
El caso es que tengo que decir que Tenryuji temple me decepcionó un poco. Es enorme pero por dentro no hay nada. Se puede pasear por el interior pero de todo el complejo apenas se pasea por un 15 % de los edificios. En Kyoto hay montones de templos y es lo que más se visita. Hay algunos que son visita obligada y los demás según el tiempo y las recomendaciones que tengas se seleccionan. Bueno pues cada templo cuesta entre 400 y 800 ¥ (entre 4 y 8 €) y no se han decidido a hacer una especie de ticket conjunto en el que el que visita varios pueda obtener un descuento. Supongo que no les interesa, se van a visitar igual, y el mantenimiento de los jardines debe costar dinero. Vi varios jardineros trabajando en Tenryuji, deben tener mucho trabajo. Los jardines son perfectos.
Lo que más me gustó de este templo, mejor dicho de sus jardines, fue que justo antes de la salida en la puerta norte había un pequeño bosque de bambú. Ya había salido cuando decidí volver a entrar para hacerme una foto. No veáis la cara de pena que tuve que poner a la mujer de la taquilla para que me dejara entrar a hacer la foto. Se lo pensó, pues había una indicación que decía taxativamente que una vez se hubiera salido no se podía volver a entrar. Sé que la mujer sufrió hasta que me vió salir tras la foto. Se estaba saltando las normas! Ni que decir que en el sudeste esto no crea conflicto a nadie ;-)
Adoro el bambú, me fascina, me produce un efecto casi igual al de los cocount trees en Sri Lanka. No me cansó de verlo, me encanta su tacto, esos troncos verdes, rectos, esbeltos, lisos y huecos…son tan perfectos!
Y luego el fotografiado bosque de bambú, el del reportaje que yo vi. Era inmenso pero no tenía el colorido que salía en la revista, no llegaba la luz del sol y parecía un poco oscuro. Luego una calle muy amplia en medio del bosque le quitaba encanto y por supuesto el mogollón de turistas paseándolo. No encontré la manera de hacer una foto del conjunto, sólo ésta en la que logro alcanzar el bambú.
Pero este pequeño despago se compensó con la visita a Ghi-ohji Temple. Me costó dar con él, unos abuelitos me ayudaron con mucha voluntad a encontrar el camino pues ya se salía un poco de la ciudad. Todas las indicaciones en japonés y eso que era la zona de templos. Así que pregunté varias veces más, una de ellas me había metido por un camino sin apenas tránsito y pasó un coche. Le paré, iba despacito, y el hombre pues claro! como buen japonés no iba a parar allí en medio (no había muchas posibilidades de que pasara otro coche por ese tranquilo lugar, pero en fin!) me pidió que esperara y se puso a aparcar el coche perfectamente. Miró el plano y me indicó una calle que a mi no me cuadraba mucho con lo que yo pensaba, pero el insistió con seguridad. Me dijo que subiera al coche y me llevaba, pero me pareció tan tan extraño algo que en el sudeste era tan tan frecuente y a lo que enseguida hubiera dicho que sí, que le dije que no. Y luego su indicación no era correcta. Entré en una tienda y la mujer me sacó a la calle, camino un rato conmigo y me indicó que torciera a la segunda a la izquierda. Ella se quedó esperando en la calle hasta que vio que torcí por la calle correcta. Me giré y le dije adiós con la mano, la mujer parecía contenta por conseguir que yo diera con el camino ;-). Pues el pequeño Ghi-ohji, a los pies de la colina de Ogura, mereció la pena sobretodo por sus jardines, y porque en contraste con el gran Tenryuji, estaba sola. Era un lugar con bastante sombra pues los árboles eran altos y apenas entraban los rayos de sol. Había una alfombra de musgo superdensa, el sonido del agua del riachuelo y nada más...bueno sí, la mejor sorpresa, un bosque de bambú para mi sola. Era pequeño pero precioso, me quedé tiempo observando y disfrutando de la tranquilidad de ese lugar. Una muestra de que las pequeñas cosas, por inesperadas a veces, son las que más llenan ;-)
Nos quedamos a descansar, no viajer@s?
no es increíble?
Por si todavía
no estáis
eclipsados por el
bambú…;-))
Kinkakuji Temple (Golden Temple)
Ryoanji
Temple...
absolutamente zen
Caía la tarde, creo que acerté con el momento, pero fue casual. Entramos por los pelos, yo y los italianos que me llevo cruzando desde esta mañana. Al final ya hablamos y nos reíamos ;-).
Este templo me sorprendió, pero no el templo, cuyo edificio era bonito pero apenas recuerdo....me sorprendió este jardín. Absolutamente relajante, absolutamente zen. Se respiraba una calma... y había gente. Por eso es más asombroso el efecto.
Nos sentábamos como hipnotizados, mirando esas rocas rodeadas de grava blanca....un jardín sin árboles, un jardín sin plantas, un jardín mágico! ...y desde allí, veíamos caer la tarde. No había nada más....
Y luego los demás jardines..... vacíos. En primavera y más entrado el otoño deben ser increíbles por el colorido de los árboles y flores. Ahora son simplemente hermosos!!
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