Llegué a Nara ya de noche y como siempre preguntando logré dar fácilmente con la Guest-House, donde había reservado para esta noche. Se llama Nara Ugaya Guest-House y la verdad que me pareció un sitio muy acogedor. Os dejo la instantánea de la zona común, que era living-room y biblioteca al mismo tiempo que dining-room y hall, no me digáis que no es cuco y cálido? Estaba muy vacío, de hecho en el dormitorio Japanese Style estaba yo sola y luego en el Western dormitory sólo había una persona. Los 4 inquilinos que había eran japoneses. Una vez me instalé, pensé en cenar. Como era ya tarde decidí ir a comprar algo para llevar al sitio de la estación que me recomendaba la chica de recepción. Allí di con la pareja de la foto que eran superanimados, cuando les dije que era española casi me hacen una ovación Qué ganas tienen de ir a España!! Bueno, les compré una hamburguesa pero muy curioso porque el pan en lugar de ser de bollería, era pan de arroz, pero me refiero, estaba hecho de granitos de arroz hervido. Estaba bueno pero no veáis como llenaba!! era más que denso.
Nara está muy cerca de Kyoto y Osaka y también es una visita obligada, sobretodo por sus templos. Resulta casi imposible visitarlos todos, ya no es cuestión de tiempo, sino que llega un momento que si ves muchos los mezclas, o te ariborras de templos y ya no aprecias su belleza. Yo tenía un día para Nara, pues tenía que ir a dormir a Kyoto. Así que elegí, algunos, los más recomendados. Me quedo con estos tres..
Este templo es impresionante por su grandiosidad. Desde lejos es impactante pero dentro te sientes tan pequeño. En él está la imagen del buda más grande de Japón, podéis verla en las fotos. Por supuesto estaba todo inundado de colegiales, era entresemana y estaba a rebosar de turistas y estudiantes de todas las edades.
A la salida del templo coincidí con Sara, una chica berlinesa que estaba trabajando en Japón. Ella estaba haciendo un poco de turismo y también iba sola, así que nos pusimos a hablar y luego nos tiramos horas hasta que nos despedimos en la estación. Fue superinteresante, ella está con un proyecto de su universidad trabajando en Japón, con japoneses, claro! Me contó un montón de anécdotas sobre los japoneses. Aunque yo de viajera y ella de trabajo teníamos dos visiones de los japoneses, coincidíamos en casi todo. La verdad es que los criticamos un poco, ese exceso de educación y respeto roza la falta de sinceridad y los hace más bien rebuscados. Pero bueno, también aprendemos de ellos, ya visteis todo lo que nos han enseñado en Hiroshima ;-)
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