Aquí en Ella estoy encantada. Cuando llegué me separé de Bruno (el francés) porque el necesitaba un hotel confortable y tenía fichado uno de más de 20 $ la noche, y mi objtetivo era (como viene siendo norma) uno de small budget. Así que aterricé en Beaty Mont Tourist Guesthouse, un sitio supercuco con bungalows en la montaña. Resulta que me dice el dueño que quedaba solo una habitación, pero que era cara, de todas formas que la viera primero a ver si me gustaba. El dueño es una gracia, es un hombre mayor y regordete, le cuesta moverse pero no para y siempre sonríe. Se nota que le gusta su trabajo. Además es supercomercial. Me encanta!. Nos caímos bien y me hizo descuento. A mi me conquistó la vista y los ventanales del bungalow (seguramente él lo sabía por eso me dijo que subiera antes de decirme el precio ;-)), así que decidí quedarme. Ahora estoy desayunando y contándoos esto y se me sienta al lado para charrar, o simplemente para mirar como escribo. Tiene el negocio desde 18 años. Le gusta mucho hablar con los turistas. Ayer le pregunté qué podia hacer hoy por los alrededores, y hoy el hombre ya tenía pensado un plan. Me dice: he pensado que en lugar de coger el bus a las cataratas te vayas andando porque el paisaje es muy bonito y puedes tomar fotos, luego ya coges el bus para volver. Así todo masticadito, yo lo sigo a pie juntillas. Le he enseñado las fotos de ayer de World’s End en el ordenador y ha flipado, dice que no había visto funcionar nunca un ordenador. Su ilusión es ir de viaje a India pero no sabe si podrá pues su mujer está delicada de la pierna y el tampoco está para muchos trotes. Yo le animo, pienso que si Mohamed está ahora por Vietnam, él también puede ir a India ;-), faltaría más. Me acuerdo ahora de Mohamed, cómo estará nuestro amigo viajero? Sin duda que bien, haciendo su sueño realidad, algo fantástico!
Así que siguiendo las indicaciones del hombre, he cogido el camino hacia las cataratas y he ido bajando la carretera siguiendo el río. Os voy a aburrir con los paisajes un poco más porque también los alrededores de Ella son preciosos. Ahora vuelvo a ver montones de árboles frutales: desde la carretera veo mangos, cocos, aguacates, plátanos y jack fruit, un fruto que utilizan para cocinar siembre acompañado de curry. Ha llegado un momento en que dudaba si estaba en lo acertado del camino, o si me había pasado algún desvío, así que he parado a un tuk tuk y casualmente eran unos chicos jóvenes que iban haciendo turismo por la zona y me han invitado a subir, así que el último kilómetro lo he hecho acompañada y sentada. Unos chicos estupendos de Badulla. Al llegar a la catarata (que por cierto es altísima) había un grupo de adolescentes bañándose y me han pedido de lejos una foto, luego cuando han salido han querido hacerse fotos conmigo, primero en grupo y poco después querían una foto cada uno conmigo. Luego una familia también quería foto. Así que he sido la atracción. Entre eso y que me llaman madam pues me voy a creer que soy alguien ;-).
Pues después de la catarata me he tomado la tarde libre, me he buscado un sitio con wi-fi y me he pedido pescado y patatas al curry. Estaba buenísimo, os pongo una foto, esta comida es típica de Sri Lanka. Les encanta el curry.
Y para rematar la tarde me he ido a hacerme un masaje: cabeza, cara y cuerpo. Completo y como nueva. Me hacía falta que ya sabéis lo dura que es la vida de backpacker ;-) Hasta la siguiente estación, viajer@s!!
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