A veces desesperante, esta mi querida Asia

Después de ver el sunshine en el Kelimutu nos bajamos a Ende esperando que hubiera un mercado chulo, un poco de vidilla y agencias de viaje. Pues no había nada, era festivo y estaba todo bastante cerrado y luego agencias de viaje ninguna. Tuve suerte de entrar a preguntar a un hotel y me condujeron a una casa de al lado donde vivía un tal Christian, un chino que hace las veces de agente de viajes y que desde su domicilio particular me estuvo mirando todas las opciones posibles de vuelos y me sacó el billete desde Internet. Nos tuvimos que fiar, el hombre tenía buena pinta y encima no me quiso cobrar extra por su gestión (la comisión se la dará la compañía aérea pero me podía haber cobrado algo y yo le hubiera pagado pues tuvo una santa paciencia…). Me dio el booking number impreso y a funcionar y yo solté el cash. Nada más comer me fui a la estación de autobuses para bajarme a Bajawa donde tenía previsto dormir y así por la mañana ver los poblados y por la tarde coger el primer bus a Labuanbajo.

A Bajawa no había bus hasta el día siguiente pero me paró un taxista y me propuso llevarme por 100.000 rupias. Me toco esperar a que alguien más se subiera al taxi porque por ese precio tenía que ser compartido, claro!. Y como le metí prisa porque me veía que nos daban las mil, él tio se molestó y luego fue superseco.

El viaje como la vida misma tuvo parte buena y parte mala: La primera parte fue increíble porque la Trans-Flores (la carretera que recorre Flores de este a oeste, de Larantuka a Labuanbajo) en el tramo de Ende hacia al oeste va en paralelo al mar y recorrimos tramos de acantilados, de playas de roca, otros de playas de arena, playa de piedra, todo los tipos de playa imaginables en unos 50 kilómetros. Alucinante! Pero luego el viaje fue una pesadilla, el tío no paraba de fumar y de hablar con los otros pasajeros superalto. Era superbrusco al volante e iba rapidísimo, menudas las 2 horas restantes de recorrido, y la Trans-flores a tramos era tremenda, además de millones de curvas (porque Flores es una isla muy montañosa), parecía un caminucho de piedras, pero nada, el tío no aminoraba la velocidad ni un ápice. Y yo empecé a encontrarme un poco mal del estómago, en fin , todo juntito. No veía el momento de llegar, el hombre hacía unos adelantamientos vertiginosos, una pesadilla!! Si no fuera porque necesitaba llegar a Bajawa le digo que me pare en un pueblo de alrededor. A punto estuve de decirle que si teníamos un accidente yo no le pagaba, pero luego pensé que mejor me callaba, no estaba el horno para bollos.

 Al llegar a Bajawa, eran sobre las 20 horas, todas las guest-house llenas y carísimas. Al final me quedé en una cerca del centro, pagando más de lo que vale, pero no encontraba con muchas fuerzas para buscar mucho más. Investigo el tema de la posible visita a las aldeas y finalmente no va a poder ser porque desde Bajawa no hay otro transporte a Labuanbajo que el bus de las 7 de la mañana. Así que había hecho el viaje para nada, lo que Eva se temía, pero en fin! Un pequeño disgusto me llevé, pero luego se me pasó. A veces hay que arriegarse y muchas veces (la mayoría) las cosas salen, aunque alguna vez, como esta, no es así. Coincidí para cenar con la pareja de austriacos con los que habíamos ido al Kelimutu y estuvimos hablando de viajes y demás. Ellos también son unos incondicionales de Asia, muy majos!

Bueno pues me cojo el autobús de buena manyana, con mi estómago delicado y a concienciarme de 8 horas finas de viaje por la Transflores. Esta vez era transporte público. Un autobusito pequeño y bastante viejecito. Me senté detrás del conductor, el sitio era amplio pero el motor estaba debajo y el suelo por tanto un poco calentito. Más atrás había otros extranjeros.

Primero me hacen estar en la puerta del hotel a las 6:30 y resulta que el autobús llegaba a las 7 horas. Luego el autobusito se para a las afueras del pueblo en una techumbre que no sé si haría las veces de estación de autobuses y se planta allí hasta las 8 horas. Osea que en 1,5 horas que llevaba yo en marcha habíamos hecho 3 km.!!!! Cuando te encuentras bien todo está bien, a todo le encuentras la gracia, pero cuando un día no estás bien te desesperas, la verdad.

Luego se pone en marcha y empieza a recoger a gente por el camino, pero no solo gente, si no gente con trastos que hay que cargar, recomponer, etc. lo cual lleva su tiempo.

A mi izquierda había una familia, una pareja y un niño que tendría unos 5 añitos, el niño unos ojados preciosos, guapísimo, pero el pobre se tiro todo el camino devolviendo. Pobrecillo! Aquí muchos locales sufren de esto, en casi todos los transportes lo he visto, y algunos lo pasan francamente mal pero la gente es muy sufrida y casi ni te enteras. Pero el nene me daba pena, lo fuerte es que luego me veo a la madre que le dejaba comer papas y una especie de fanta, que por supuesto en breve volvió a devolver. Como le dejan al niño comer eso en el estado en que esta y con trayecto largo de por medio? Serán tranquilos!! Menudos!!

Al cabo de unas 5 horas no veáis como estaba la zona del motor, yo no me atrevía a apoyar la mochila en el suelo, del calor que salía del motor, quemaba!! Y luego en las cuestas yo creía que nos íbamos hacia atrás. Un autobusito cargado de gente y de mercancías y con pendientes casi del 20 %, es que todo un reto a la fuerza de la gravedad!.

Y luego a repartir las mercancías, si había que meterse en callejuelas de las poblaciones pues se metía para descargar fardos y fardos, pues es infinita la capacidad de estos transportes.

Ah y de vez en cuando, si se cruza con un colega ambos coches paran unos segundos en medio de la carretera y se ponen un poco al día. Que no hay prisa ninguna, vamos!!

Pues después de las 8 horas más la parada para comer (en mi caso para no comer porque hoy no me la juego) y las infinitas paradas de carga y descarga, resulta que al llegar a Labuanbajo era todavía de día y de lejos pude avistar una imagen del sunset sobre la bahía. Yo encantada de llegar todavía con luz para disfrutar de la habitación que Eva conseguido en Gardens con vistas a la bahía) Bueno, pues resulta que el hombre empieza a repartir al personal, pero cuando digo repartir es que el hombre dejaba a cada uno en la puerta de su casa. Las guest-houses están en la parte centro, junto al puerto, y claro la gente que coge este tipo de transporte pues en el centro centro no vive, así que nos recorrimos el pueblo de cabo a rabo, ya noche cerrada y yo que quería lavar ropa y llevármela seca mañana, qué inocente!

Pero es que se metía por pequeños caminos para dejar a la gente en la puerta aunque desde la carretera ya se veía la casa. Ah! Y luego a pagar. Normalmente aquí en el transporte público se paga al bajar. En muchos sitios, sobretodo con las opelets la gente lo tiene preparado y paga en un plis plas, pero aquí, aquí no!! A esperar que la gente saque el dinero y luego el cambio y toda la pascua. El chofer, todo un caballero, desde luego, hubo un momento que me dijo: Excuse me miss, where are you staying in Labuanbajo? Todo educado y en perfecto inglés estudiado! Pero la verdad es que acabó con mi paciencia, al final Flores la hemos visto en un suspiro por culpa de los dichosos transportes y me esperaban 24 horas tremendas de vuelta a Mataram.

En fin que llegué a Gardens Homestay de los nervios, sin poder disfrutar de las magníficas vistas de nuestro bungalow sobre la bahía.

Para los que vivimos bajo la dictadura del tiempo y enfrascados en maximizar su aprovechamiento el ritmo del sudeste a veces nos desquicia. Debemos tomarlo como terapia y aprender un poco de ellos, el tiempo no siempre es lo importante…

Eso sí, os digo que a pesar de que mi estado no era el mejor la Transflores tiene tramos increíbles, una frondosidad tremenda. Y la gente vive en la carretera, la gente se reúne a hablar mirando a la carretera y lo que pasa por ella. Es la mayor atracción! Los niños juegan pegados e incluso en la carretera, yo estoy segura de que debe haber atropellamientos y accidentes, porque es que los coches no reducen la velocidad, no es que vayan muy muy rápido pues el estado de las carreteras no lo permite pero pasan muy pegados a la gente, a los niños y a lo que se tercie.

En fin viajer@s, otra forma de vida.....

Esta vez las 24 horas de viaje se cumplieron a rajatabla. En el ferry estuve de lujo, encontré mi sitio en la cubierta junto a la cabina de los capitanes y al poco de instalar allí mi campamento (me lavé un par de cosas y las puse a secar ya que era una situación límite en lo que a ropa limpia se refiere), Ruddy, el capitán se me puso a hablar y al final acabé entrando en su garita y echando unas fotos y unas risas. Unos chicos estupendos Ruddy y su equipo. Me contaba que ganaba 10.000.000 rupias (esto es menos de 1000 €) y que por el móvil con Internet pagaba 2.00.000 rupias, un dineral en comparación.

El viaje en bus de Bima a Mataram fue otra pesadilla, el conductor otro loco al volante, pero ya paso y al menos llegamos a tiempo de volver a Kuta!!!

Esta es mi última visión de Lombok y de Indonesia, los paisajes vírgenes de Kuta. Ya dije que volveria pero ni yo misma pensaba que iba a poder ser tan pronto.

Viajer@s, me cuesta mucho irme de aquí. Tengo una habitación supercuca, es un bungalow rodeado de vegetación, no hace ni frío ni calor, tengo playa y piscina, y mucho por descubrir de este paradisiaco y fascinante lugar que es Kuta Lombok.